HAY UNA SOLUCIÓN

HAY UNA SOLUCIÓN
Oración de la Serenidad: Dios concédeme SERENIDAD para aceptar las cosas que no puedo cambiar… VALOR para cambiar las que puedo… y SABIDURIA para reconocer la diferencia…

22.6.11

USAR EL PLAN DE LAS 24 HORAS

En nuestros días de bebedores, se nos presentaban frecuentemente épocas tan malas que jurábamos, “nunca más”. Hacíamos promesas por términos de hasta un año, o le prometíamos a alguien que no volveríamos a tocar el licor durante tanto tiempo. Y por supuesto tratamos de hacerlo.

Éramos absolutamente sinceros cuando expresábamos estas declaraciones con firmeza y convicción, deseábamos no sentirnos borrachos otra vez. Pretendiendo alejarnos del alcohol durante un periodo largo e indefinido.

Eventualmente se desvanecía el recuerdo de los votos y lo juramentos, y todo el sufrimiento que los había ocasionado. Volvíamos a beber. Nuestra época de abstención, ese “nunca jamás” había sido un tiempo muy corto.

Prometimos ya no beber el “trago fuerte”, pero luego entendimos que también el vino y la cerveza nos afectaban porque los bebíamos en mayor cantidad para sentirnos como queríamos.

Otros de nosotros cumplíamos con nuestra promesa del tiempo fijado pero, para que viniera después una gran inundación de la bebida; ahora con la carga adicional de una nueva sensación de culpa y remordimiento.

Nosotros los A.A. tratamos de evitar hacer juramentos, porque nos recuerdan todos nuestros fracasos. Sabemos que es más realista y más exitoso el decir simplemente: “Solo por hoy no voy a beber”.

Aun si bebimos ayer, podemos decir no beber el día de hoy, puede ser que mañana volvamos a beber pero ¿quién sabe si estaremos vivos? No importa cuál sea la tentación o provocación, tenemos la determinación de llegar a cualquier extremo que sea necesario para no beber el día de hoy.

A nadie le prometemos dejar la bebida, es nuestra vida y nuestra salud la que se encuentra en peligro, somos nosotros y no nuestros familiares o amigos quienes tienen la obligación de dar los pasos necesarios para recuperarnos.

Si el deseo de beber es más fuerte, varios de nosotros dividimos las 24 horas en partes más pequeñas, una hora por ejemplo. La próxima copa podría obtenerse posteriormente, pero en este instante la posponemos por lo menos durante este momento o el resto del día.

El plan de las 24 horas se puede iniciar en cualquier momento y en cualquier lugar. Podemos decir no tomar una copa en estos 5 minutos o en las próximas 24 horas. Esta idea se convierte en parte vital de nuestra manera de pensar.

....  del libro... Vivir en Sobriedad