HAY UNA SOLUCIÓN

HAY UNA SOLUCIÓN
Oración de la Serenidad: Dios concédeme SERENIDAD para aceptar las cosas que no puedo cambiar… VALOR para cambiar las que puedo… y SABIDURIA para reconocer la diferencia…

28.6.11

Vive y deja vivir, es uno de los tres Axiomas que A.A. ha adoptado como principio de recuperación. Nosotros los alcohólicos anónimos damos algunos usos especiales a ese refrán para ayudarnos a no beber. Particularmente nos ayuda a llevarnos bien con las personas que alteran nuestros nervios.

Reviviendo una vez más una pequeña parte de nuestras historias de bebedores, muchos de nosotros podemos ver cómo muy frecuentemente nuestro problema alcohólico estaba relacionado en una y otra forma con las demás personas.

Nos sentíamos temerosos aun de personas que no nos habían criticado. Nuestra sensación de culpa nos hacía ultrasensibles con todos los que nos rodeaban, y alimentábamos resentimientos, En ocasiones cambiamos de bar, trabajo o vecindario con el único objeto de evitar vernos con determinadas personas.

Un gran número de personas además de nosotros mismos, estaba en una u otra forma involucrada en nuestra bebida, hasta cierto grado.

Cuando dejamos de beber, fue para nosotros un gran alivio encontrar que las personas que conocimos en A.A., los alcohólicos recuperados, perecían ser muy diferentes; reaccionaban hacia nosotros, no con crítica y sospecha, sino comprensivamente y con sincera preocupación.

Sin embargo, es perfectamente natural que todavía encontremos algunas personas que alteran nuestros nervios, tanto dentro como fuera de A.A.

Para empezar a poner en práctica el concepto “Vivir y dejar vivir”, debemos encarar este hecho: Hay personas en A.A., y en todas partes, que dicen cosas con las que nosotros no estamos de acuerdo, o hacen cosas que no nos gustan, el aprender a vivir con las diferencias es esencial para nuestra comodidad. Es exactamente en esos casos cuando hemos encontrado la extrema utilidad de decirnos a nosotros mismos “Vivir y dejar vivir” No importa cuál ofensivos o desagradables nos parezcan, ciertamente no vale la pena que nos pongamos a beber por ellos.

Nadie nos amarro para vaciar el licor en nuestras gargantas. Así como nadie nos obligó físicamente a beber, ahora tratamos de asegurarnos de que nadie nos obligue mentalmente a beber, tampoco. Hemos encontrado que no tenemos el deseo de permitirle a nadie a que maneje o que arruine nuestras vidas

.....de Vivir en Sobriedad..