HAY UNA SOLUCIÓN

HAY UNA SOLUCIÓN
Oración de la Serenidad: Dios concédeme SERENIDAD para aceptar las cosas que no puedo cambiar… VALOR para cambiar las que puedo… y SABIDURIA para reconocer la diferencia…

9.1.12



No tema leer este artículo…porque todos padecemos de ella..en cierto grado.


El compañero A.A. Fernando M., nos envía algunos datos sobre uno de los Siete Pecados Capitales. Agradecemos su colaboración al blog “San Cristóbal” con el tema de la envidia. Por supuesto tambien encontrará de que manera superarla.

La envidia.

Lujuria, glotonería, pereza: la mayoría de los vicios humanos son muy, muy tentadores. Pero uno de ellos, sin embargo, resulta tan doloroso que uno podría pensar que es una virtud, aun cuando no haya ninguna recompensa al final: la envidia.


Ubicado en el sexto puesto en la tradicional lista de los siete pecados capitales, justo entre la ira y la vanidad, la envidia es el profundo y habitualmente hostil rencor que uno siente hacia alguien que tiene algo que uno quiere, como la riqueza, la belleza o la admiración de sus pares. Es un vicio que pocos pueden evitar y que nadie desea, porque experimentar la envidia es sentirse pequeño e inferior, un perdedor atrapado en la maldad.

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"La envidia es corrosiva y es fea, y puede arruinar tu vida -dice Richard H. Smith, profesor de psicología de la Universidad de Kentucky, que ha escrito sobre el tema-. Si usted es una persona envidiosa, le costará mucho apreciar lo bueno, porque estará demasiado preocupado en cómo se reflejan en su yo."
Ahora, los investigadores están comenzando a comprender los circuitos neurales y evolutivos de la envidia y por qué puede llegar a ser sentida como una enfermedad corporal. Incluso están siguiendo los senderos de la sensación que en alemán se llama S chadenfreude: ese placer que se siente cuando la persona a la que uno envidia se derrumba.

En un trabajo cuyos resultados acaba de publicar Science, investigadores del Instituto de Ciencias Radiológicas de Japón describen las imágenes cerebrales de sujetos a los que se les pidió que se imaginaran a sí mismos como protagonistas de dramas sociales con otros personajes de mayor o menor estatus o éxito.

Cuando se los confrontaba con personajes que los participantes admitían que envidiaban, las regiones cerebrales involucradas en el registro del dolor físico se activaban: cuanto más profunda era la envidia, más vigorosamente se activaban los centros de dolor del córtex cingulado anterior dorsal y otras áreas cerebrales relacionadas.

Por el contrario, cuando a los sujetos se les daba la oportunidad de imaginar que el sujeto envidiado caía en la ruina, se activaban los circuitos de recompensa del cerebro, también en forma proporcional a qué tan grande era la envidia: aquellos que sintieron la mayor envidia reaccionaron a la noticia de la desgracia ajena con una respuesta comparativamente más activa en los centros dopaminérgicos del placer del cuerpo estriado del cerebro.

"Tenemos un dicho en japonés: «Las desgracias de los otros saben a miel» -dice Hidehiko Takahashi, el principal autor del estudio-. El cuerpo estriado es el que está procesando esa «miel»."

Matthew D. Lieberman, del Departamento de Psicología de la Universidad de California en Los Angeles, afirma que se sintió impresionado por cómo los correlatos neurales de la envidia y del S chadenfreude estaban ligados, de tal forma que la magnitud de uno anticipa la fortaleza del otro.

"Es la forma en que funcionan otros sistemas que procesan necesidades como el hambre o la sed -dice-. Cuanto más hambriento o sediento uno esté, más placentero será comer o beber."

Como regla, envidiamos a aquellos que son como nosotros -del mismo sexo, edad, clase y currículum vitae-. Los alfareros envidian a los alfareros, observó Aristóteles.

Para los científicos evolucionistas, las principales características de la envidia (su persistencia y universalidad, su fijación con el estatus social y el hecho de que cohabite con la vergüenza) sugieren que cumple un profundo rol social. Proponen que nuestros impulsos de envidia pueden ayudar a explicar por qué los humanos somos comparativamente menos jerárquicos que muchas otras especies de primates, más propensos al igualitarismo y a rebelarnos contra reyes y tiranos.

La envidia quizá también nos ayude a mantenernos en línea, haciendo que nos desesperemos tanto por vernos bien que comenzamos a actuar en forma correcta.

Según varios científicos, estos resultados son preliminares. Pero si la envidia es un impuesto establecido por la civilización, es uno que todos debemos pagar.

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la envidia corrosiva y fea

Cómo superar la envidia

La envidia se basa en el Ego, orgullo, capacidad de auto-superación, felicidad y actitud positiva. Estas son las 5 características principales que forman la envidia. Y por lo tanto ésta se va desarrollando a lo largo de toda la vida y como la persona ha afrontado las complicaciones a lo largo de la misma.

El ego
El ego tiene un factor decisivo a la hora de tener envidia buena o envidia mala. Alguien con poco ego pero altamente moldeable será alguien que controlará mejor su vida. La mayoría de las personas se preocupan constantemente en apartentar, ser quiénes no son y todo para que su imagen salga siempre perfecta y jamás dañada. El ego perfecto es aquél en el cual tú controlas tu ego en vez de que él te controla a ti.

Orgullo
El orgullo de una persona es la capacidad de ser perfecto. La gente muy orgullosa quiere que le vean como perfecto y pretende ser alguien perfecto. Rara vez aceptan sus errores y esquivan pedir perdón a toda costa. Para personas con mucho orgullo es un verdadero calvario admitir que no saben algo o se han equivocado. Si una persona es mejor que tú es más perfecta qué tú y un orgullo como un camión no puede consentirlo así que empezarán los ataques…

Felicidad
La felicidad es como la gente afronta la vida. Una actitud jovial y positiva ante la vida nos hará mejores personas. Si estamos felices no tenemos tiempo para fijarnos lo qué otra persona hace o deja de hacer. La felicidad no solo es la clave de una buena salud sino de un buen nivel de vida también. La gente sanamente feliz sufre menos estrés, depresiones y su actitud ante la vida es 100 mejores mejor que la de las personas infelices.

Actitud positiva
Darle la vuelta a la vida y ver lo “negativo” en positivo es una actitud fenomenal para dejar de lado la envidia negativa o muy negativa. La gente con actitud negativa ante la vida en vez de pensar: “es una caña Jack, haber si puedo superarle” lo que hacen es: “este tío ha llegado más lejos que yo, hundámoslo”. Son las típicas personas que lo ven todo negro y jamás sacan lo positivo que hay en cada situación

¿Cómo superamos definitivamente la envidia?

Para superar la envidia negativa, muy negativa o neutral tendrás que aprender a dominar tu ego en vez de que él te domine a ti. Tendrás que ser humilde, admitir cuando alguien te ha ganado y elogiarlo por ello (buena deportividad) Tendrás que admitir que puedes fracasar porque no eres perfecto, eres humano. Deberás guardar tu orgullo, tienes que estar muy por encima de tu orgullo y tu ego, deberás controlarlos en vez de que ellos te controlen a ti.

Tendrás que motivarte en auto-superarte constantemente, ver la vida de forma más positiva y las circunstancias también, tendrás que ser alguien a quién le satisface su vida.

Como vemos tienes que adoptar una serie de cualidades en ti que garantizarán que tengas una envidia muy positiva hacia las demás personas. Lo siento, no hay fórmula mágica, yo te doy las claves para cambiar, eres tú quién tiene que decidir cambiar y hacerlo, un texto de 2000 palabras no te va a solucionar la vida. Ahora tienes las herramientas, úsalas.

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Superar la envidia