Alcoholismo: Es una enfermedad crónica producida por el consumo incontrolado de bebidas alcohólicas, lo cual interfiere en la salud física, mental, social y/o familiar así como en las responsabilidades laborales...
RECORDAR QUE EL ALCOHOLISMO ES UNA ENFERMEDAD INCURABLE, PROGRESIVA Y FATAL
Muchas personas en el mundo saben que no pueden comer determinados alimentos porque si los consumen, inmediatamente adquieren una sensación muy desagradable y más aún pueden llegar a enfermarse.
Algunas personas reprochan y se quejan no serle permitido comer alguna sustancia deliciosa, pero debemos aprender a vivir con los cuerpos físicos que tenemos.
Nuestro problema alcohólico inevitablemente se fue volviendo cada vez más serio. Los médicos dicen que el alcoholismo se va volviendo cada vez peor a medida que la persona va envejeciendo. Además de progresivo, el alcoholismo es incurable en el sentido de que no podemos cambiar nuestra química corporal para regresar al estado de bebedores normales, y moderados, bebedores sociales que tantos de nosotros fuimos durante nuestra juventud.
Ninguna clase de tratamiento médico o siquiatra ha “curado” a nadie del alcoholismo. Hemos visto a muchos alcohólicos bebiendo hasta su muerte, en el delirium tremens, por convulsiones, con cirrosis. Pero también por accidentes automovilísticos, por incendios, neumonía, ahogamiento, suicidio, etc. ciertamente algunos de los A.A. no llegamos a tales extremos pero podríamos llegar si continuamos bebiendo.
Muchas personas simplemente niega esa verdad, ignoran su condición, no aceptan el tratamiento, sufren y mueren. Pero existe otra forma de encarar el problema: Usted reconoce plenamente la seriedad de su condición, y lleva a cabo todos los puntos necesarios para alcanzar una vida saludable. Aceptamos nuestro alcoholismo como una característica de nuestro cuerpo, así como hemos aceptado nuestra estatura, nuestra necesidad de anteojos o cualquier alergia que podamos tener.
Hemos aprendido que no se deriva ningún bien de la lamentación inútil y la preocupación acerca de la forma como nos convertimos en alcohólicos. El primer paso hacia una sensación de bienestar, hacia la recuperación de nuestra enfermedad, es simplemente no beber.
¿No sería preferible para usted el reconocer que tiene una condición de salud que puede tratarse exitosamente, que gastar una cantidad de tiempo preocupándose miserablemente acerca de lo que está mal en usted? Nos damos cuenta que esta es una mejor apariencia y de mayor sensación que cuando bebíamos, una presentación triste que nos habíamos acostumbrado a ver. Ahora nos sentimos, actuamos y pensamos diferente. Quienquiera que lo desee puede hacer esta prueba de un nuevo concepto de sí mismo, las veces que quiera.
Usted tiene el pleno derecho de volver a tomar su miseria si realmente la desea o puede mantener esta nueva imagen de sí mismo, si la prefiere. Esto también le corresponde por derecho.